El refugio de Emma y Oliver

Hoy os queremos descubrir a Emma y Oliver, un duo perfecto que nos tiene enamorados. La descubrimos gracias a su perfil en Instagram en su apartamento blanco de paredes altas que transmite calma y tranquilidad.



Tú te defines como fotógrafa, vídeo artista y cuenta cuentos. ¿Cómo definirías a Oliver?

Siempre que se me hace esta pregunta me resulta muy difícil contestar en una línea, ya que Oliver es muchas cosas —y cosas distintas—, en diferentes momentos de mi vida. Pero si trato de definirlo en una frase, sería esta: “Oliver es mi familia, mi refugio emocional, mi motor creativo y mis ganas de ser buena conmigo y con los demás”.

¿Cómo acabaste en Instagram contándonos tu día a día con Oliver?

Al principio usaba Instagram como plataforma para compartir mis fotos creativas y algún que otro vídeo. Con el tiempo, no solo me di cuenta de que atraían más las fotografías en las que aparecía Oliver, sino también aquellas en las que recreaba escenas de nuestro día a día. En una red social donde se abusa del postureo, sentí una gran necesidad de ser real y así fue como cambié el rumbo de mi perfil hasta que este se convirtió en mi propia terapia personal. Por supuesto, siempre desde un punto de vista creativo (al fin y al cabo sigo siendo fotógrafa), recreo momentos que han pasado, o forman parte de mi día a día con Oliver, y los comparto con el fin de empatizar, aprender o, simplemente, echarnos unas risas. Y… ¡vaya si me divierto!

¿Qué le recomendarías a alguien que empieza un perfil en Instagram con su mascota?

Sed auténticos. Y la única manera de serlo es siendo vosotros mismos. Déjate inspirar, pero no copies otros perfiles. Experimenta, comete errores y, si hace falta, borra tu perfil y vuélvelo a crear. Créeme, yo lo hice 3 veces. Respétate a ti mismx, es decir, siéntete a gusto con lo que expones en el perfil, sin máscaras, sin miedos ni prejuicios. Y sobre todo, respeta a tu compañero peludo. La clave de una cuenta bonita, sana y auténtica es hacerla desde el amor y el respeto. Si dejamos de divertirnos juntxs en ella, ya no tiene sentido que sigamos.

Hablemos de tu libro, ¿Cómo surge la necesidad de crear algo tan íntimo? ¿Te costó exponerte en palabras?

La necesidad surgió del mismo modo que con mi cuenta de Instagram. Durante muchos años había fingido ser distintas personas con la finalidad de ajustarme a los cánones, deseos y necesidades de los demás. Fingía ser feliz y que todo estaba bien en mí, mientras que por dentro construía una habitación oscura llena de monstruos que fue consumiéndome poco a poco hasta el punto que regodearme en mi pena era más fácil que hacer algo al respecto.

Tardé mucho tiempo en darme cuenta de que yo era la única responsable de mi propia felicidad y que, para conseguirlo, debía dejar ir esos monstruos y mostrarme al mundo tal y como era. Resultó irónico descubrir que reconociendo mis debilidades, miedos e inseguridades en voz alta, ganaba en autoestima. Y, como consecuencia, con ese amor propio, me hice fuerte y valiente suficiente para escribir “Desde mi dentro”. Aún así, y contestando a tu pregunta, sí. Me costó exponerme, ya que no es lo mismo escribir lo que sientes en un diario o contárselo a una amiga con un café. Pero me lo debía a mí misma después de tantos años y… ¡sienta genial!.

¿Nos recomiendas un libro?

Siempre voy a recomendar “Verónika decide morir” de Paulo Coelho. ¡Es mi libro favorito! Pero al margen de lo gore que puede sonar el título, es un libro revelador. Sin hacer spoiler: trata de una chica (Verónika) que es internada en un sanatorio tras tratar de suicidarse y es ahí, durante su estancia, donde descubre que la única manera de encontrar nuestro verdadero yo es volviéndonos un poco locos.



¿Hemos oído algo de un voluntariado rescatando perros?,  cuéntanos más

En mi tercer año en Praga, empezó a obsesionarme la idea de hacer un voluntariado con perros. Quería hacer algo bueno, desinteresado, que fuera lejos de mi zona de confort y de lo que pudiera aprender algo revelador para luego recordar el resto de mi vida. Así que, en 2018, dejé mi trabajo, mi apartamento, puse en pausa mi relación con El Belga y, con unos ahorros y una maleta llena de ropa vieja, me fui a la isla de Koh Lanta, en Tailandia.

Durante 4 meses trabajé como fotógrafa en Lanta Animal Welfare (LAW), un centro de rescate animal, donde me encargaba de “dar voz” a los perros y gatos que llegaban al centro con el fin de promover su adopción o conseguir la ayuda económica suficiente para ayudarles. Le conseguimos una silla de ruedas a Brave, después de que perdiera ambas patas traseras en un atropello de coche; que Peru combatiera su cáncer y saliera finalmente de aislamiento en la sección C; y que los cachorros que rescatamos de debajo de un edificio en ruinas tuvieran las medicidas necesarias para crecer sanos y fuertes.

¿Has incorporado alguna rutina de comida vegana con Oliver?

Desde los 11 meses, Oliver come BARF. No muy vegano, no. Trato de proporcionarle la dieta más natural posible acorde a sus condiciones y necesidades. Aunque de tanto en tanto caen algunos snacks caseros que hacemos en casa a base de frutas y verduras con los que se relame los morros también.



Ya hace tiempo que te hiciste con uno pack de paseo Gala para Oliver, cuéntanos tu experiencia por Praga con el.

¡Me encanta! Adoro el diseño minimalista, el material y el color beige tan a juego con… ¡todo en mi vida, haha! Buscaba un arnés y correa que Oliver pudiera lucir en los encuentros con los amigos o en una noche de cena en cualquiera de los cientos de restaurantes “dog-friendly” de Praga. Oliver se ve adorable, limpito y presentable en él y consigo darle un respiro a su otro arnés “todoterreno” para cuando hace las croquetas en el parque o le da por perseguir patos por el río Moldava.

¿Algún lugar favorito en Praga con mascotas?

Muchísimos.

Praga no tiene límites a la hora de llevar a tu perro. Casi toda la ciudad, incluyendo cafeterías, restaurantes, transporte público y el mismísimo castillo, son “dog-friendy”. Pero si he de escoger un lugar, este sería el monte de Petřín. Un refugio de árboles y vegetación en medio de la ciudad donde Oliver puede correr suelto mientras yo disfruto desconectando de los ruidos y las multitudes que dejamos atrás.

Otro lugar que recomiento es el barrio antiguo de Malá Strana. ¿La mejor hora? Muy temprano por la mañana. Así podreis disfrutar paseando a solos entre las calles de fachadas coloridas y pintorescas junto al Puente de Carlos sin gente y en silencio.

En este mismo barrio han abierto recientemente una cafetería llamada Haf Park que además es tienda, vende comida BARF y hace la función de guardería de día.

Sabes que estamos trabajando para lanzar nuevos productos 100% sostenibles para Cafide, ¿cuál te gustaría que fuera la siguiente novedad?

Si lanzárais un juego de maletas y neceser para llevar “el equipaje” de nuestros perretes cuando vamos de viaje, soy la primera en comprarlo.

Para nosotras, el objetivo de ser una marca para perros activistas es un lema que perseguimos desde el día uno. ¿Cuál ha sido tu acción más activista de este año?

He reducido (aún más) el consumo de carne hasta el punto que ya no la compro desde hace meses y apenas siento la necesidad de comerla.

Muchas gracias por tu tiempo y por dejarnos descubrir más acerca de Oliver y tu entorno. Nos vemos por las redes y recuerda: Stay Pawsitive.